CCB/ Bitácora 27 de agosto 2020

3 09 2020

CICLO SOCIEDAD MOVIDA

Cine-debate modo virtual: Desde un alfiler hasta un barco (2020)

La ideología neoliberal no entiende la desregulación como el vuelo libre de las moléculas sociales al emanciparse de todo tipo de reglas, sino que pretende liberar la actividad social de cualquier regulación, excepto las del dinero y el reinado de la competitividad, las más feroces de todas.

Franco Berardi Bifo La Sublevación 

(México: Surlupus Ediciones, 2014 ) 45

El ciclo Sociedad movida comenzó en punto de las 7 pm del jueves 27 de agosto de 2020, conservando la sana distancia y el distanciamiento social, a través de la plataforma de Stream Yard y transmitiendo por Facebook Live la primera sesión de la temporada 2020 versión a distancia, en medio del pandemia de Covid19 y en la Nueva Normalidad.

Participaron Claudia Loredo (realizadora), Edgar Belmont (productor), Isabel de la Rosa y Alejandro Velázquez Betancourt (integrantes de la Cooperativa Luz y Fuerza del Centro), moderados por Gabriel Rodríguez Álvarez, para comentar y profundizar en el documental Desde un alfiler hasta un barco de Montserrat Algarabel y Claudia Loredo, México, 2020, 60 min. que narra el camino sinuoso y esperanzador por el que han transitado 16,599 socias y socios de la cooperativa creada por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) tras la extinción de Luz y Fuerza del Centro.

En la jornada de ese día, durante el cual se abrió la visualización de los materiales especialmente, se exhibió también en línea el cortometraje de animación Respira Josué Vázquez Peralta, México, 2012, 6 min 34 seg, en colaboración con Ícaro Espacio, que permitió una reflexión sobre las reinvenciones después de las crisis y los colapsos de sistemas. 

Desde un alfiler hasta un barco (2020) arranca siguiendo los tendidos de cables de alta tensión y los plantea como hilos conductores. A través de entrevistas fuera de cámara y prescindiendo de “expertos” que expliquen, retrata a las personas en sus espacios y en el camino va integrando imágenes de murales, fotografías de asambleas, fotos enmarcadas, paisajes del ancho país con el pulso de la unidad. Para relatar la opción de lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas, documenta y acompaña en movilizaciones, portando mantas y estandartes del movimiento que además, enfrentó la adversidad en la opinión pública en contra suya durante 7 años sin solución, hasta que un juicio favorable les permitió reescribir su historia. 

Las secuencias muestran rostros y cuadrillas de trabajadores resguardando predios, muchos de ellos saqueados durante el tiempo que permanecieron bajo custodia de gobiernos anteriores. Con sabotajes buscaron dejarlos inutilizables  y dañaron los tableros de luz y despedazaron los lavabos. Hubo que lavar, pintar, reconstruir con paciencia. La toma del trabajo a varias manos en la soldadura de los ejes de una rueda, resume el esfuerzo de esas faenas de reinventarse.

Después de las batallas en las calles, en los tribunales lograron un memorándum de entendimiento y surgió el objetivo de la reinserción laboral, para dar una opción de dos vías como empresa dedicada a la generación eléctrica y como cooperativa social. Eso los llevó a entender y abrazar el cooperativismo solidario con principios de apoyo mutuo y responsabilidades asumidas sin coerción. En esa lucha al interior, las mujeres han dado otras batallas por abrirse un lugar y conquistar sus propios espacios. A lo largo de las secuencias vemos manos trabajadoras y los guantes muestran los colores de las tapas que han sido procesadas en una máquina de reciclaje para fabricar taquetes de plástico. No han sido pocos los obstáculos que han enfrentado, con choques y pugnas entre hermanos, familias, amigos. Internamente, además se han enfrentado a la falta de mentalidad cooperativista.

Como señalan en los testimonios: “es fácil hacer la cooperativa y difícil hacer cooperativismo”. Lo que buscan es ofrecer competencia al capitalismo y superar la corrupción sistemática en el sector con el otorgamiento de contratos en México. En esa forma de asociación, son dueños y no sólo empleados y a lo largo de la historia, explican sus formas de funcionamiento y las diversas áreas que surgieron en su estructura interna. Su meta es dejar un legado para las siguientes generaciones que les ofrezca un mejor horizonte y un futuro prometedor.

La realizadora Claudia Loredo presentó a cada participante, destacando su rol en la producción del documental. El productor Edgar Belmont, académico de la Universidad Autónoma de Querétaro especializado en el sindicalismo, puso el acento en la innovación en la divulgación y el interés de subrayar lo colectivo con ese proyecto y abonar en la formación política de las nuevas generaciones. En la coyuntura actual, se conocen los antecedentes de la pasada reforma energética, y mencionó ejemplos de fábricas argentinas recuperadas que les sirvieron de referentes para su propia recuperación de espacios que permiten retomar y desplegar saberes. Explicó las alternativas que se abrieron para los trabajadores que resistieron pese a las amenazas y campañas en su contra, y subrayó su opción política de salir al encuentro de los movimientos sociales, rebasar los circuitos académicos y propiciar nuevas formas de divulgación en otros ámbitos de la sociedad

Isabel de la Rosa, compartió la importancia de este documental para la organización al visibilizar y difundir las etapas de sus luchas en la difusión virtual. Con satisfacción por ver y compartir el resultado y las dimensiones sentimentales de una arbitrariedad que afectó a 16599 trabajadores. Comentó el rol de las mujeres como protagonistas de los cambios en la mentalidad y las formas de organizarse, y lo incluyó como un sector importante que se ha abierto paso contando con la herencia de combatividad en una organización que nació gigantesca y con visión de nuevos emprendimientos.

Alejandro Velázquez Betancourt, explicó las formas en que el trabajo especializado ha permitido –después de largas luchas del SME– devolver la fuente de trabajo para muchos compañeros, y señaló que lo errático en el nuevo gobierno ha frenado su plena participación en el sector. Al especializarse en lo eléctrico, no se han cerrado a otras líneas como la fumigación. Sin embargo, persiste la dificultad de cultivar el pensamiento y la conciencia cooperativista, de solidaridad colectiva y no de lucro personal.

Claudia relató que el proceso de contar la historia, primero lo hicieron con las voces como eje narrativo y siguieron una línea cronológica hasta la actualidad. Los viajes las llevaron a una mina en el final del documental para cerrar y en los trayectos conocieron a los jubilados, pilares de la resistencia que detonan emociones muy adentro cuando vuelven a verse en la pantalla. Edgar reivindicó la autocrítica, la defensa de la universidad y el pensamiento crítico como parte de la formación y compromiso ético-político, la actualidad, las universidades, reflexionando abiertamente. La privación de la vida social también ha abierto la posibilidad de superar lo caduco y fortalecer el conocimiento para abrir y reconocer las debilidades como país. La directora y fotógrafa del documental, subrayó la conciencia política al hacerlo y dar la voz de ese proceso de cambio en el México actual, en donde abundan narrativas desalentadoras y se invisibilizan procesos de resiliencia laboral y social en sectores sociales combativos que resisten y ofrecen alternativas a las recetas neoliberales. 

Isabel comentó que su lucha los ha llevado a trabajar como colectivo junto a trabajadores de otras cooperativas como Pascual, Pradoc, Alcona y Cooperativa Cruz Azul, así como académicos de la Universidad Iberoamericana, la UACM y la UAM. Edgar criticó que desde el gobierno la economía no se ve para fortalecer los territorios, con opciones de autonomía y llamó a romper el federalismo fallido. Sin las simulaciones, el reto como sociedad es la cooperación y no la competencia. Las lógicas de la ganancia en el bajo precio, provocan las trampas del crecimiento. “¿Qué quisiéramos abrir y qué mantener cerrado?” –se pregunta. Urge reflexionar y reactivar pero con cambios, modificar los costos laborales del trabajo precarizado que es tan rentable en México, ya que el 60 por ciento de los trabajadores no cuentan con seguridad social. A la batalla jurídica, se suma la pedagogía a través de procesos y democratizar con el cine, se llega a más empatía.

En el proceso de la edición, el título para la película surgía repetidamente de las palabras y testimonios de los cooperativistas y Claudia reconoció que al mirar de cerca ese movimiento te vuelves parte y estás a favor, más allá de la ideología, simpatizas con la clase obrera en el mundo. Bien podría abrirse al cineclubismo y ampliar sus comunidades de saberes, plantando en la educación política la formación de públicos y la alfabetización audiovisual con películas clásicas y documentales que tocan temas y procesos similares en otras partes del mundo. Isa pidió ser más solidarios y menos indiferentes, mostrando interés en el otro con conciencia y sensibilidad, pensando más en la fragilidad, el estar y hablar en colectivo, que requiere empatía para entender y aferrarnos a “una mejor forma de vivir para todos”. No querían un documental para pocos y buscan que circule en redes; agradecieron otra vez el apoyo del SME y la UAQ. 

A pesar de no contar con el plan original de difusión que habían contemplado, la película ya sirve también para acompañar y retratar los procesos de recuperación de los últimos años en esas comunidades resilientes, Claudia invitó a crear puentes sororos y colectivos. Las aguas de los cielos digitales están llevando esa historia de reinvención colectiva por muchas direcciones. Al momento de esta publicación, el debate había tendido 2980 visualizaciones en línea. 

Para verlo clica aquí: 

Gabriel Rodríguez Álvarez

3 de septiembre 2020


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